¿Qué es un implante? Es una fijación de titanio que se utiliza para sustituir piezas dentales dañadas o extraídas. Mediante una pequeña cirugía se implantan en el hueso para restaurar el lugar de la raíz del diente que falta. A continuación te resolvemos en varias preguntas cualquier duda que tengas sobre este tratamiento tan eficaz para la salud de tu boca.
Es una terapia avanzada y de mayor éxito clínico disponible para sustituir una o varias piezas dentales. Consiguen conservar la anatomía, prevenir el retroceso de hueso y el deterioro de los maxilares y que la cara conserve su forma natural. Mantiene, igualmente, el resto de los dientes sanos ofrece seguridad ya que no se mueven ni deslizan y elimina cualquier necesidad de dentaduras postizas. Ofrecen más confort y fiabilidad.
Cuidar las piezas implantadas requiere de una cuidada higiene bucal, sobre todo, tras los primeros días después de la colocación. Especialmente, evitar el alcohol y el tabaco para colaborar con una correcta cicatrización.
El riesgo de no llevar a cabo una buena higiene podría derivar en una periimplantitis por la acumulación de bacterias por debajo de las encías para no perder masa ósea. Para ello sería recomendable incidir en la encía con un irrigador bucal, seda dental o un cepillo interproximal.
La anestesia local es suficiente para abordar esta cirugía y en condiciones normales la colocación de un implante supone menos intervención que la extracción de una muela o realizar un empaste. Lo importante es reducir las molestias y evitar dolor durante la colocación con un abordaje mínimo, utilizando técnicas de microcirugía.
La calidad es lo más importante para que su duración sea lo más longeva posible. Hay pacientes que lo llevan más de cincuenta años siempre y cuando se lleve a cabo una higiene adecuada y se cumpla con las revisiones regulares al dentista para que los implantes te duren toda la vida.
Sí. Cuando existen patologías previas como diabetes, hipertensión o enfermedades cardiacas es necesario tenerlas controladas antes de proceder a la cirugía. En cuanto a la edad, el implante se puede colocar a partir desde que la persona finaliza su crecimiento entre los 16 y 19 años.
El precio se adapta según los casos. Lo importante es asegurarse de un material de calidad y pensar que será un tratamiento para toda la vida, por lo que resulta más económicos que otros procedimientos tradicionales, que son más molestos y requieren de más visitas y cuidados. Además, es importante que al paciente se le ofrezca una financiación adecuada a sus posibilidades.