Pues sí. Existen múltiples estudios que así lo corroboran. Entre un 30 y 40 por ciento de los dolores de espalda, se ven agravados por una mala oclusión dental. La publicación de los doctores Isaías Armando Martínez Medina, Anne Bleró, Carmen Sandra Navarro Montes y Fátima Sánchez Aguilera recogía ya en 2009 que alguno de los dolores de extremidades y de espalda tienen su origen en un desequilibrio en las arcadas causado por ausencia de piezas o malposiciones y a esta última causa, casi nunca se sospecha. La articulación temporomandibular articula la mandíbula con el cráneo y no soporta la sobrecarga.

Porque todas las piezas dentales deben estar en equilibrio para evitar dicha sobrecarga. Cuando el equilibrio se rompe, bien por una extracción o por malposición, se crea un síndrome de maloclusión que hace que unos músculos de la cara se contraigan más que otros, que el paciente mastique más por un lado que por otro provocando una atrofia muscular por el lado que menos se utiliza y una hipertrofia muscular compensatoria del lado opuesto. Dependiendo de la cadena muscular que se active, el cráneo tomará una posición espacial anómala, que actuará sobrecargando la columna cervical y en un intento de adaptación, provocará malposiciones a nivel de columna que darán lugar al dolor de espalda.

Si este problema se trata con analgésicos y no actuamos sobre la causa, el paciente se convertirá en enfermo crónico por artrosis ficticias y artritis recidivantes debido a que los sanitarios habitualmente no piensan en la oclusión dental como posible causa del dolor de espalda.

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